sábado, 18 de febrero de 2012

Nuestros sueños viajan a Nicaragua

Hace casi dos años que un grupo de amigos, animados por la experiencia de los compañeros de Human Rehab en Cataluña, decidimos unir fuerzas y empezar a perseguir nuestros sueños. Teníamos claro el objetivo: rescatar todo el material de ortopedia que aún tenía vida útil para que lo pudieran aprovechar otras personas que lo necesitaran. Y así nació Rehabilitando Sueños. Comenzarlos a comentarlo con nuestros conocidos, a recorrer ortopedias, residencias y asociaciones, y nos dimos cuenta de que muchas personas, cuando ya no necesitan de estos materiales, no saben muy bien qué hacer con ellos ya que nadie se dedica a su recogida. Así, decenas de sillas de ruedas y otros objetos que no están rotos acaban acumulando polvo en los sótanos de colegios y residencias. La gente que conocía nuestro proyecto estaba encantada de poderle dar una segunda vida a todo este material, y de pronto hacíamos recogidas no sólo en Córdoba sino por otros lugares de Andalucía… y alguno que otro un poco más lejano.


¿Y dónde poner todos estos “trastos”? Durante todo este tiempo no ha sido raro encontrarse muletas, piernas ortopédicas y sillas de ruedas por los salones de nuestras casas, y los almacenes de Acpacys, quienes nos han apoyado desde el principio, han estado desbordados en más de una ocasión… pero necesitábamos un lugar donde guardar todas las cosas que la gente nos iba confiando. Gracias primero a IDEAS y después a Don Jamón, nuestros sueños pudieron descansar tranquilos en una nave mientras llegaba el momento del viaje.

Mientras tanto, empezamos a valorar a qué proyectos destinar los materiales. No era una decisión fácil, hay muchísima gente increíble trabajando por la dignidad de las personas y por crear un mundo donde todas tengan cabida. Al final, y aunque también se han hecho envíos puntuales a otros lugares, nos decidimos por Nicaragua, donde las compañeras de Tximelagua trabajan con niñas y niños discapacitados. La cosa se complicaba: todo el mundo nos advertía de los problemas que hay en la aduana de ese país, no era tan sencillo como mandar las cosas en un barco y ya está, necesitábamos contactos para asegurarnos de que el material llegaba a su destino sin problemas. Rehabilitando se puso en movimiento y hasta algunas soñadoras viajaron el verano pasado a Nicaragua, donde trabajaron con las compañeras de Tximelagua, contactaron con otras asociaciones que trabajan en proyectos relacionados con la rehabilitación en el país, y conocieron a Los Pipitos, quienes nos han facilitado muchísimo todos los trámites.


Y aunque los sueños no tienen precio, enviarlos en barco al otro lado del océano sí que cuesta “un poquito” de dinero. Manos a la obra: con las donaciones de amig@s, la venta de papeletas y los cenadores de los jueves en el Juan XXIII, conseguimos, no sólo reunir la cantidad necesaria, sino también perfeccionar la que ya es receta oficial de Rehabilitando: “las migas mojadas”, gracias a las cuales aún tenemos agujetas en los brazos de remover y remover el perol. Como siempre, no estuvimos solos en esto: muchos amigos nos apoyaron con recaudaciones de fiestas, venta de artesanía o chapas, colaborando con premios en las papeletas o ayudando a difundir el proyecto.


Y, por fin, a comienzos de este mes, llegó el momento que a veces nos parecía tan lejano, la hora de “poner la guinda al pastel”. Tras días de frenéticos trámites y gracias a la imprescindible ayuda de los compañeros de Transformando, se fijaba una fecha para la carga del contenedor que partiría rumbo a Nicaragua. Fin de semana festivo y de trabajo intenso en la nave de Transformando en Algallarín: había que repasar el catálogo, embalar el material y ponerlo todo a punto. Sorpresas de última hora: el “overbooking” también existe en los barcos, y el contenedor no puede salir en la fecha fijada. Semana de nervios e incertidumbres en la que también recibimos la buena noticia de que una caja que se enviaba hace meses a Nicaragua había llegado sin incidentes. Y, finalmente, el jueves pasado llegaba nuestro contenedor y nuestros sueños partían hacia su destino.


Cuando nos embarcamos en toda esta historia no sabíamos muy bien cómo iba a salir, parecía algo demasiado grande para un pequeño grupo de personas con muy pocos medios, pero muchas ganas de construir sueños y convertirlos en realidad. Sin embargo hemos comprobado, una vez más, que cuando se juntan fuerzas y se trabaja en equipo se pueden mover montañas, y que el camino, a pesar de los momentos duros o de incertidumbre, merece la pena. En estos tiempos de pesimismo donde parece que la crisis es el único tema y que las personas ya no son lo más importante en nuestra sociedad, parece mejor mirar hacia adelante y aprender de esa gente increíble que, a pesar de ser marginada por su condición de “diferente”, lucha por tener un hueco en el mundo y una vida digna. En estos tiempos en los que cada uno mira para su lado, parece mejor quedarse con la certeza de que se pueden construir redes y tejer puentes entre gentes de distinta procedencia y condición, trabajar codo con codo y caminar juntos hacia el mundo que de verdad queremos.

Queremos dar las gracias a todas las personas que nos han apoyado, la familia de Rehabilitando es ahora grande y no conoce fronteras. Como se suele decir, “esto no ha hecho más que empezar”.

SEGUIMOS SOÑANDO… =)


1 comentario:

  1. Felicidades y muchas gracias desde TXIMELAGUA, sin vosotros no habría sido posible cumplir este sueño que perseguíamos desde 2009 cuando empezamos a trabajar en Nicaragua.
    Un fuerte abrazo

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